01 abril 2007

"Mi experiencia misionera"


Busqué y Encontré

Para todos aquellos que vais a leer este testimonio, tengo que decir que este viaje hace tiempo que empezó, pues fue una semilla que plantó el Señor en mi corazón.

Como podréis imaginar antes de empezar este viaje tuve que dar un salto de fe y lanzarme a lo desconocido con todos mis miedos personales que tuve que afrontar. Salí de mi misma y de mis seguridades. Me arriesgué a hacer el camino, me deshice de tantas certezas, autosuficiencias y comodidades.

Puse alma y corazón, esperando el encuentro, el hallazgo, la meta, la gracia.Y supe que el camino sólo se hace al andar y andando.

Dios me llamó y yo respondí... así comenzó todo.

El día cinco de Febrero, empezó para mi una experiencia inolvidable que cambio mi forma de ver la vida y a mi misma. Aquí os muestro parte de mis sentimientos.

Mi primera estancia fue Caicara, donde el equipo sacerdotal me acogió con mucho cariño y simpatía.

En las primeras horas ya pude observar como se organizaban en las tareas misioneras. Una gran labor que realizan con una entrega generosa sin límites. En ellos ha actuado el Espíritu Santo con poder, por lo que pude ver han llegado al corazón de mucha gente, con un lenguaje sencillo y gestos de amor y cercanía que han hecho que muchas personas que no participaban de la parroquia se han acercado, muchos de ellos han sentido la necesidad de confesarse y recibir la Eucaristía.

Al día siguiente partimos de camino a Morchalito. Durante el viaje pude valorar el merito de Manolo Lozano que es el encargado de visitar cada semana las comunidades de la Urbana y Pijiguaos, siempre dispuesto a mostrar el Rostro del Padre Dios a gente que ha vivido y que conviven, con muy pocos recursos, pero que tienen también, todo el tiempo del mundo para Dios, no hay prisa.

Cuando llegué a Morichalito me estaban esperando las Hnas Concepcionistas con las puertas de su casa y de sus corazones abiertos.

Ellas han sido las encargadas de mostrarme parte de la realidad de este pueblo. He compartido con ellas un espacio de mi vida que nunca olvidaré, los grandes momentos de oración, mis primeras visitas a las comunidades, sobre todo en Morichal Verde, visitando a Samuel, un niñito con doce años con una leucemia grave, me emocioné muchísimo al ver un sufrimiento humano tan grande pero al mismo tiempo veía su corazón tan puro, porque Dios guardaba allí su presencia.

El trabajo en la escuela, en multihogares, los domingos repartiendo comida...con alegría, disponibilidad, generosidad, sencillez, todo era presencia de Dios, estas hermanas han sido lámparas encendidas que han iluminado mis vivencias.

El contacto con comunidades indígenas, con el pueblo sencillo y cariñoso, en definitiva con otra cultura me ha enriquecido y fortalecido en la fe.

A través de la solidaridad he visto la manifestación de la providencia de Dios en todos mis hermanos y como nos hace llegar lo que cada uno necesita. Estamos en su pensamiento.

He recibido la gracia de poder contemplar en el silencio, en los más necesitados, en la naturaleza, el lenguaje maravilloso de nuestro creador, todo ello ha provocado un encuentro conmigo misma y con Dios.

Hoy puedo transmitir con total confianza el amor de un Padre Dios para con todos sus hijos, somos instrumentos en sus manos para llevar a cabo su plan.

Unos de los mejores regalos fue la enseñanza: que Dios nos ha conquistado a unos para conquistar a otros. Aprendí a valorar y cumplir con mis motivaciones. Regresé con las manos vacías, y no porque no haya dado nada, sino porque he dado lo que tenía, lo mejor de todo es que salí más llena de cómo llegué.Y es que Jesús está vivo y su Espíritu se mueve.

Quería respuestas para mi vida y Dios ha puesto la luz necesaria.

Estoy muy agradecida a esta tierra por todo lo que he recibido y la oportunidad de compartir con estos hermanos la fe en el Señor.

Doy gracias a Dios por las Hnas Ángeles, Josefa y Socorro. Sacerdotes de la Misión Diocesana: Manolo, Juande, Antonio, Manuel, Gonzalo. Seminaristas. Jóvenes y catequistas de la parroquia de Morichalito. Mariene y Patricia. Ángel, Juan. Y toda la maravillosa gente de la escuela Fe y Alegría, Carmen,Yovanna, Yamile...

Todos estáis en mi corazón

Que Dios me los bendiga y que María los ampare siempre...

Un abrazo muy grande. Mari ángeles