30 octubre 2006

Caicara por septiembre.


1. El día 04 de Septiembre se celebraron las Fiestas Patronales en Sta. Rosalía, en honor de su santa patrona. Asistió el Sr. Arzobispo, quien presidió todos los los actos, que tuvo como centro la Eucaristía, donde un grupo de niños recibieron por vez primera a Jesús sacramentado, y un grupo de jóvenes el sacramento de la Confirmación. También se administró a numerosos muchachos el sacramento del Bautismo.

Durante los primeros días de fiesta, se realizó por parte de los Evangelizadores de Caicara nuevos y veteranos, más de 50, una evangelización casa por casa, también una evangelización pública, donde predicaron por primera vez seis personas que realizaron la Escuela de Evangelización en Agosto.

2. Durante la primera quincena de este mes recibimos la visita del P. Juan Manuel Barreiro, María, Isabel, Inma y Antonio, pertenecientes a la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen y Santa Fe de Los Boliches.

Fue Mons. Medardo, el arzobispo de Ciudad Bolívar, quien les prestó un carro para sus desplazamientos, porque los carros de la misión están en pésimas condiciones. Visitaron : Barcelona, Ciudad Bolivar, Caicara, Morichalito, La Urbana, Puerto Ayacucho, Sipao y La Gran Sabana.

Dentro del territorio de la Misión permanecieron más tiempo en Morichalito, donde tuvieron la oportunidad de visitar varias comunidades indígenas con la Hna. Socorro, graduando la vista de numerosas personas, realizando dinámicas y juegos educativos para niños, participaron en programas de radio y realizaron trabajos de electricidad y adecentamiento en la Iglesia y casa parroquial. Y sobre todo compartieron experiencias de vida con la comunidad receptora, dentro de un ambiente donde resaltaba la fraternidad, el respeto y la alegría desbordante. Todas las comunidades que visitaron se volcaron en pequeños detalles, atenciones hacia ellos, y quedaron todos muy agradecidas por su visita, esperando la siguiente.

3. Dentro del marco de las Fiestas Patronales de la Virgen del Valle, en Morichalito, se realizó el Campamento Urbano Pastoral, que dirigieron los seminaristas: Carito, de Málaga, y Alexis, de Caicara del Orinoco. Participaron alrededor de 30 jóvenes de las comunidades: La Urbana, Caicara y Morichalito.

Durante la mañana se ralizaban actividades formativas, religiosas, deportivas, culturales, juegos cooperativos y dinámicas... En la tarde, se realizaban visitas misioneras a los hogares, censo de la situación religiosa, encuentros de oración con la comunidad, representaciones y mensajes para los padres y padrinos de los niños catecúmenos...

El día cumbre fue el 08 de Septiembre, día de la Natividad, Fiesta de la Virgen del Valle; ese día despedimos a Carito, quien regresaba a Málaga, y necesitaba varios días para preaprar sus cosas, ya que estaba a 600 km. de Ciudad Bolívar, donde tomaría un vuelo que lo llevaría al aeropuerto de Maiquetía donde partiría para España; también despedimos a Alexis, quien se tenía que incorporar al Seminario de Ciudad Bolívar en esos días. Al mismo tiempo, recibimos en Morichalito al P. Juan Manuel y los misioneros laicos de su parroquia. Se bautizaron ese día y el siguiente unos 60 niños, presidiendo las celebraciones el P. Manuel Lozano y el P. Juan Manuel Barrerio. Todos los participantes del Campamento Urbano y los misioneros de Los Boliches, colaboraron en la fiesta de los Niños, donde gozaron muchísimo con los cantos, dinámicas, juegos, concursos y piñatas. Se culminó con broche de oro: la Celebración de la Eucaristía, muy participativa y dinámica, a la vez que emocionante, por la presencia del P. Juan Manuel, quien fuera anterior párroco de esta localidad durante seis años, y muy querido. Al terminar la Misa, se procesionó la imagen de la Virgen del Valle por algunas calles y se rezó el Santo Rosario.

4. El P. Amalio se ha despedido de la comunidad parroquial de Caicara del Orinoco, a la que ha estado sirviendo durante seis intensos años, de manera esporádica, simultaneándola con otras actividades y atenciones pastorales en la arquidiócesis de Ciudad bolívar fuera de ella.

El Arzobispo de Ciudad Bolívar, Mons. Medardo Luis Luzardo, presidió el día 01 de Octubre la Misa de despedida, donde leyó una carta dirigida al P. Amalio, muy emotiva, donde resaltaba sus valores cristianos y sacerdotales, además del agradecimiento de su persona en nombre de la Arquidiócesis por sus años al servicio de esta parcela de la Viña del Señor. (También le envió una carta en este mismo sentido a D. Antonio Dorado, Obispo de Málaga, manifestado el agradecimiento de la Iglesia de Ciudad Bolívar a la de Málaga, por el envío de sacerdotes-misioneros y de manera particular por el envío del P. Amalio).

Al final de la Misa, se agasajó al P. Amalio con regalos, poesías, canciones..., incluso con rancheras, incluyendo los mariachis, y sobre todo con el afecto y cariño que la gente le manifestó, no faltaron las lágrimas. También el arzobispo recibió el cariño y reconocimiento de los fieles, pues agradecieron los 20 años que lleva al servicio de esta extensa Arquidiócesis; la comunidad parroquial le regaló un chinchorro muy bonito, bordado, con el nombre del arzobispo y el de Caicara. Y todo acabó con un compartir en los salones de la iglesia, preparado por los diferentes grupos y centros pastorales de Caicara.

En Caicara, el P. Amalio ha colaborado en todo, dentro de su tiempo y posibilidades, y ha desempeñado las siguientes funciones:

-Atención y visita diaria al Hospital, visita constante a los enfermos, administrándoles el Sacramento de la Unción y llevándoles la Comunión. Administración frecuente del Sacramento de la Penitencia y pastoral del confesionario. Atención a los grupos de la Legión de María, Oración, Evangelizadores y Religiosas, a través de charlas, retiros y orientación. Atención al despacho parroquial: actualización y archivo de libros parroquiales. Preparación de niños y jóvenes catecúmenos en diversos pueblos y caseríos. Visita a las comunidades indígenas y atención a las Hnas. Lauritas. Atención permanente y constante, pública y privadamente a los pobres, sus preferidos, junto con los enfermos. Y lo más importante: testimonio viviente de vida cristiana, sacerdotal y misionera.

No va a ser fácil cubrir esta vacante, porque no se trata sólo de hacer lo que él hacía, sino cómo lo hacía y por qué lo hacía.

5. La parroquia de Caicara, nuestra Misión Diocesana, creadora y promotora, a través de la Asociación Civil "San Antonio de Caicara" de 7 Multihogares (guarderías) en el Municipio Cedeño desde hace más de 13 años, ha decidido ceder la autonomía total en la dirección de la misma, a la nueva directiva, renunciando la Iglesia, a través de la persona del Arzobispo, al derecho que le otorgan los actuales estatutos de elegir al president@ de la Junta directiva; de esta manera, esta asociación civil, reformando los estatutos, gozará de plena autonomía, sin ninguna dependencia de la Iglesia, y serán los responsables directos de la marcha de la misma, aunque por supuesto, seguiremos manteniendo relaciones de cooperación mutua, desde la total autonomía de las diversas instituciones.

Se ha llegado a esta decisión de manera responsable, porque pensamos, que ante las actuales circunstancias, es la mejor manera de garantizar guardería y comida para los 210 niños que se benefician de ella, además de salvaguardar la libertad y la autonomía de nuestras instituciones eclesiales.

En nuestra Misión Diocesana, la Iglesia Católica, sigue dirigiendo y coordinando, a través de las Hermanas Concepcionistas, nueve guarderías en el Municipio de Pijiguaos, todas en comunidades indígenas: San José de Morichalito, La Calceta, Chaparralito, Ekunay, Las Piñas, Las Bateas, Punta Brava, Morichal Verde y Villacoa, perteneciente a las etnias: piaroa, Jivi, Curripaco, Piapoco y panare.

6. En el capítulo de sucesos hay que resaltar la masacre cometida por efectivos del ejercito venezolano en las poblaciones de La Paragua, Maripa y zona fronteriza de la Guyana, todas dentro del Estado Bolívar, donde han muerto al menos once personas, relacionadas con la minería: 7 criollos, 2 brasileños y 2 indígenas; además, siguen sin aparecer un número indeterminado de personas, incluyendo a niños, quienes huyeron despavoridos por la selva, ante la brutal acometida del ejército, que buscaba acabar con la minería ilegal, y terminó por acabar con la vida de unas personas que se buscaban la vida en el duro y nada fácil trabajo de la minería.

Nuestro arzobispo ha expresado que no hay ninguna razón, ni circunstancia alguna, que justifique actos de esta naturaleza, que acaban con la vida de seres humanos, porque la vida es un don sagrado y nadie tiene derecho a quitarla. La Conferencia Episcopal Venezolana, a través de la Comisión Episcopal de Justicia y Paz y del Departamento de Pastoral Social-Cáritas, ha emitido unas declaraciones sobre este caso.(Están publicadas en el blog de nuestra misión en días pasados).

03 octubre 2006

Hasta la vuelta padre Amalio.



El pasado domingo primero de octubre, en la misa de la tarde despedimos al padre Amalio, después de permanecer con nosotros durantre los últimos seis años.

La tarde se puso amenazante, por los nubarrones que pintaban el cielo. La tormenta se desató una hora antes de la misa, pero no fue obstáculo para que la iglesia estuviera llena a rebosar. Nos presidió Monseñor Medardo, que vino de Ciudad Bolvar expresamente para la ocasión, No quería despedirse de Amalio por teléfono y recorrió los cerca de 400 Km que nos separan de la capital del Estado. Al final de la Misa la espontaneidad de la gente por agasajar a Amalio y obsequiarle con regalos, haría sufrir al más relajado maestro de ceremonias. Pero la gente cuando actúa de corazón no hay quien los pueda ordenar. Todo salíó muy bien.
Os pongo las palabras que dirigió Monseñor al padre Amalio:

ARZOBISPADO DE CIUDAD BOLÍVAR

Ciudad bolívar, 25 de Septiembre de 2006.

Sr. Pbro.

Amalio Horrillo

Caicara del Orinoco.

Muy querido Padre Amalio:

No se imagina con cuanta alegría le escribo estas letras, a pesar de la tristeza que me embarga por la circunstancia que me mueve a hacerlo: su regreso a Málaga, luego de habernos dedicado no uno sino varios periodos de su ministerio sacerdotal, con derroche de sencillez y generosa entrega.

¿Cómo no sentir alegría al mismo tiempo que tristeza, al poner delante de nosotros en el espejo del recuerdo toda su caridad sacerdotal, ejercida siempre con alegre sencillez y entrega total al servicio de Cristo y de sus miembros en esta querida Iglesia de Ciudad Bolívar?

Sus huellas quedan profundamente marcadas entre nosotros. Acá en Ciudad Bolívar y allí en Caicara del Orinoco y en los otros pueblos, dentro y fuera de nuestra arquidiócesis, donde fuera necesario, ya que su corazón sacerdotal y misionero no conoce límites…

“Monseñor, yo sólo he venido a ayudar donde sea necesario; ahora no quiero llegar a ser un estorbo..”, me repitió varias veces en los últimos meses. Y yo aceptaba que ese momento llegaría, pero más tarde… Pero llegó como de repente, casi de sorpresa y aquí estoy tratando de manifestar algo de lo que no sólo yo sino nuestra Iglesia arquidiocesana siente en estos momentos: admiración, gratitud, tristeza, pero sobre todo la alegría de ver a alguien que ha cumplido sencillamente entre nosotros la enseñanza del Maestro: “he venido no para ser servido, sino para servir”.

¿Qué más podría decir? Sólo una y otra vez: “Que el Señor, el Buen Pastor, le pague, le colme con su gracia, y nos dé, acá en Ciudad Bolívar, allí en Caicara del Orinoco, y allá en Málaga, muchos y santos sacerdotes”.

Cuente no solamente con nuestro recuerdo agradecido, sino sobre todo con nuestras humildes plegarias para que el Señor le colme con su gracia.

Afmo. En Cristo, en nombre de esta Iglesia arquidiocesana.

Fdo.: Monseñor Medardo Luis Luzardo.

Arzobispo de Ciudad Bolívar.

Problemas en las minas.


Comisión de Justicia y Paz de Pastoral Social
Conferencia Episcopal de Venezuela

"Todo ser humano tiene derecho a la existencia, a la integridad física a los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna"(Pacem in Terris 11)
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana ha observado con seria preocupación los hechos que han ocurrido en La Paragua, Municipio Sucre del Estado Bolívar en donde perdieron la vida varias personas que ejercían el oficio de mineros.
Como creyentes y seguidores del Dios de la Vida, sentimos el dolor de cada una de las familias de las víctimas, y las acompañamos con esperanza cristiana. Nuestra apuesta es que en este momento la vida vuelva a triunfar sobre la muerte. Así mismo debemos tener presente que La Iglesia que peregrina en la tierra hacia la casa del Padre, no puede dejar de anunciar la verdad y la justicia, y denunciar todo lo que se oponga a ellas, por tanto:
1. Condenamos absolutamente los asesinatos ocurrido en el sector La Paragua, específicamente en la mina El Papelón de Turumbán. A la vez, pedimos a los organismos competentes que con absoluta independencia y sin politizar los hechos, se llegue a la verdad y sean sancionados con la debida pena los responsables directos e indirectos de tan lamentables asesinatos.
2. Recordamos al Estado venezolano que de acuerdo a los compromisos derivados del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Estado está en la obligación de respetar de manera efectiva y tangible todos los derechos humanos de sus habitantes, y a actuar apegado a los estándares de protección de los derechos humanos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Muy especialmente pedimos que todas las investigaciones que se realicen cumplan con un escrupuloso seguimiento del debido proceso, obligación internacional de carácter ineludible para la República.
3. Por último rogamos a todos los creyentes a orar por el eterno descanso de nuestros hermanos y pedimos la intersección de María de Coromoto para que nos anime a trabajar por los derechos fundamentales de la persona humana.
Mons. Roberto Lückert León
Arzobispo de Coro
Presidente de Justicia y Paz

Mons. José Luis Azuaje Ayala
Obispo del Vigía
Presidente de Pastoral Social Caritas

P. D:
Este comunicado de la Conferencia Episcopal de Venezuela, responde a los sucesos ocurridos el fin de semana pasado en el Estado Bolívar, dentro de la jurisdicción eclesiástica de nuestra arquidiócesis de Ciudad Bolívar, en las poblaciones de La Paragua ( población atendida durante muchos años por el P. Salvador Gámez de la diócesis de Málaga, y donde hace varios años misionaron laicos malagueños del mov. Mac; actualmente está atendida por el P. Hermes Bastidas, sacerdote fruto de nuestra misión), y en el Alto Caura, perteneciente a la parroquia de Maripa (Mun. Sucre), en los límites con nuestro municipio, justamente donde comienza nuestra misión ( Esta parroquia ha sido atendida durante unos 10 años por el sacerdote malagueño Jose Antonio Morales, actualmente capellán del Cementerio de Málaga; en el Alto Caura han misionado durante 6 años tres laicos malagueños del Mov. Mac. Actualmente y desde hace más de 30 años, misiona en esta zona el P. René Bros, sacerdote francés, Hermanito del Evangelio).
Lo que ha ocurrido es que ha habido una masacre, por parte de efectivos del Ejercito Venezolano, donde han asesinado a diez personas, ocho mineros y dos indígenas, con la finalidad de perseguir la minería ilegal; todavía hay gente desaparecida, y se calcula que un centenar han huido por la selva despavoridos ante la arremetida de las Fuerzas Armadas..
En estos dos pueblos ha habido manifestaciones, desórdenes, quemas de vehículos, de casas de funcionarios públicos, etc. Y la carretera de Caicara-Cdad. Bolívar ha estado cortada durante tres días.
La situación ya está más calmada. Las autoridades han manifestado que estos crímenes no quedarán impunes. ( Hay testigos que milagrosamente han salvado la vida y han contado todo, las evidencias están muy claras)