III Crónica de la visita del obispo de Málaga a la Misión Diocesana en Venezuela (10 al 17 Febrero 2011)

Sábado 12 de Febrero. Llegada a Caicara del Orinoco


Después de orar y desayunar en el arzobispado, a las 8,30 a.m. estábamos saliendo desde Ciudad Bolívar rumbo a Caicara del Orinoco, capital del Municipio Cedeño, sede de nuestra Misión Diocesana, nos quedaba por hacer 380 km. hasta la casa parroquial, final de nuestro viaje.


Íbamos en dos carros (vehículos), en el “Toyota corola” del arzobispado: Mons. Medardo Luzardo, Mons. Catalá, la Sta. Ana María, hermana del arzobispo y el P. Amalio Horrillo; en el “Toyota techo-duro “ de la Misión, los padres: Antonio Collado, Juan de Jesús Báez y Manuel Lozano, éstos iban de primero, abriendo paso, ya que conocen mejor los huecos de la carretera y el carro es más alto para verlos mejor, de todas maneras, siempre se cae en algunos, pues el mal estado en que se encuentra gran parte de la carretera hace que no se puedan evitar, y cuando se empieza a caer en más de uno, en plan de “broma”, de “guachafita” se dice por acá, te dicen “no pelas una”, es decir: “los agarra todos”.


A mitad de camino, después de dos horas en carretera, llegamos a la población de Guarataro, nos bajamos un momento para visitar la Iglesia de San Isidro, patrono de esta localidad, que actualmente está pastoreada por el trujillano P. Juan Carlos Abreu, sacerdote andino que atiende el municipio Sucre del Estado Bolívar, tan extenso como el Municipio Cedeño, que atendemos nosotros, y sólo está él de sacerdote para cientos de comunidades esparcidas por varias decenas de miles de km.2


En eta población nos atendió el Sr. Reyes, un feligrés, que vive desde hace tiempo en la casa parroquial, cuidando de ella y del templo. Entramos en la Iglesia y oramos un momento, para proseguir la ruta hacia Caicara.


Al pasar por la población de Maripa, capital del Municipio Sucre, entramos un momento para ver la plaza y la Iglesia, sin salirnos del vehículo, pues ya estábamos sobre la hora y debíamos parar en Santa Rosalía antes de llegar a Caicara.


Sólo nos detuvimos un minuto en el puente sobre el río Caura que pasa por esta localidad, y que la separa del Municipio Cedeño, donde comienza el territorio de la Misión Diocesana,- 400 km. de carretera hasta el territorio Amazonas y la frontera con Colombia-.


Rápidamente contemplamos el esplendoroso y caudaloso río, de 800 m. de ancho a su paso por esta población, afluente del Orinoco, nos tomamos varias fotos y proseguimos rumbo a Santa Rosalía, donde nos esperaban.


Después de pasar y contemplar los bellos paisajes de sabanas, morichales y montañas de las poblaciones de la Colmena, la Broma, la Pastora y la Culebra,


llegamos a Santa Rosalía, entramos al templo donde oramos unos momentos,


enseguida pasamos al patio y a la casa parroquial,


donde algunos feligreses comprometidos y colaboradores del P. Juande recibían con cariño a nuestros obispos, a todos nos brindaron agua y jugos de naranja, mientras tanto, el P. Juande ultimaba detalles para la visita del martes 15, día en que oficialmente esta comunidad recibía la visita de D. Jesús, nuestro obispo.


Teníamos que seguir el camino hasta Caicara, 72 km. de distancia, a una hora aprox., ya estábamos sobre la hora, por eso, nos apuramos un poquito, pasamos por las poblaciones de Barrialón, Guacharaca, Cuchivero, El Salao, cruzamos el río Cuchivero, pasamos por Tamarindo, Laguna Caimana, el puente Cocuiza, la sabana de Santa Rita, y los cruces de Puerto El Banco, El Tigre y las Minas, hasta llegar a Caicara sobre las 2,00 de la tarde aprox.


Allí nos estaban esperando con impaciencia el P. Gonzalo Tosantos, sacerdote de la diócesis de Bilbao de 76 años, con muchos años de experiencia pastoral con los indígenas eñepá; el diácono Alexis Castillo, quien hace su año pastoral en nuestra misión; Mercedes Herrera, nuestra gran colaboradora y asistenta en el templo y casa parroquial; la Sra. Nairobi, nuestra actual cocinera y la Sra. Aida, su ayudante ocasional.


En seguida, después de los saludos previos, nos pusimos a almorzar y degustar la rica comida que prepararon para la ocasión y brindamos por la presencia de nuestros pastores en la Misión de Caicara, y por el éxito de su visita. Después de la comida, sólo había tiempo de una media hora para descansar, ya que en la tarde estaba programado visitar dos comunidades en barrios de Caicara.


Después del descanso, aunque no estaba incluido en el programa de este día, D. Jesús, nuestro obispo, acompañado por el P. Manolo, visitó en un corto espacio de tiempo el templo Ntra. Sra. de la Luz, en la Plaza Bolívar, muy cerquita de la casa parroquial, allí oró ante el sagrario; también tuvo la oportunidad de saludar a jóvenes de varios grupos de catequesis de confirmación y a sus catequistas, que se alegraron mucho por esta visita inesperada.


A continuación, junto con Mons. Medardo, nos dirigimos hacia la calle 14 del barrio Chaguaramal, a 5 km., uno de los barrios más poblados de Caicara, se calcula que en este sector y alrededores habitan unas 30.000 personas. Una vez allí, contemplamos la pancarta de bienvenida,


y al entrar en el templo se oyó un sonoro y caluroso aplauso de los fieles que llenaban la Iglesia, esperaban la visita de los obispos y se preparaban para la Santa Misa, en su mayoría jóvenes y niños de la catequesis.


Dentro de un ambiente de sencillez, con mucha alegría y fervor se celebró la Eucaristía, concelebrada por todos los sacerdotes de Caicara, con excepción del P. Juande que estaba atendiendo su zona pastoral recorriendo numerosos pueblos.


La presidió D. Jesús Catalá, quien dirigió las palabras de la homilía, adaptándola a los oyentes de manera muy pedagógica y directa.


Al finalizar la misma, Mons. Medardo, agradeció al Señor y a la Iglesia de Málaga, su generosidad por los 25 años de cooperación sacerdotal.


Una vez concluida la celebración, nos dirigimos al sector Teja II y Simón Bolívar, 3 km. de distancia, para celebrar en la capilla “San Juan Bosco” . Allí nos esperaban en la misma puerta con una linda pancarta,


con mucha alegría y gran simpatía nos dieron la bienvenida, al entrar también se oyó un fuerte aplauso por parte de la feligresía, compuesta por niños, jóvenes y adultos.


Fue Mons. Medardo, el arzobispo, quien presidió esta celebración eucarística, muy bien preparada, cantada y vivida por los fieles participantes.


Una vez más, el arzobispo, unido a la plegaria de bendición y alabanza divina, aprovechó las palabras de la homilía para agradecer emotivamente a Málaga por su cooperación misionera para con esta Iglesia tan necesitada.


Durante la celebración, en el momento de la Paz, una niña, espontáneamente subió al presbiterio para darle la paz a D. Jesús, y le dijo en voz alta que lo quería mucho;


no fue la única que subió a darle la paz; este momento de la paz, se vive en nuestras celebraciones con mucha alegría, exteriorizándolo con gestos verdaderos, es un momento de alborozo, donde brotan los más puros sentimientos de hermandad y fraternidad, hay que dejar espacio y tiempo para el saludo sentido y lleno de amor.


Después de la comunión, la comunidad de San Juan Bosco dio las gracias a Dios y a todos los presentes con un poema compuesto por la Sra. Miguelina,


y a D. Jesús, una niña de la catequesis, en nombre de todos, agradeció su presencia con la bella canción de “El Peregrino”.


D. Jesús, agradeció el gesto y dio las gracias, sobre todo por el cariño y apoyo sincero que el pueblo le brindaba a sus sacerdotes.


Una vez concluida la celebración, nos dirigimos de nuevo a la casa parroquial, donde nos pusimos a cenar con la comida ya preparada desde la tarde. Después, seguimos amenamente platicando en el porche de la casa parroquial, y poco a poco, nos íbamos retirando, o bien porque nos iba venciendo el sueño, o porque teníamos alguna tarea pendiente que realizar, como por ejemplo, enviar información y fotos de primera mano a los medios de comunicación de la diócesis, para seguir el día a día y lo más directo posible la visita de nuestro obispo D. Jesús Catalá.