1. A la Misión nos llegan noticias de acontecimientos importantes ocurridos en nuestra diócesis de Málaga durante este mes de Octubre, como es el nombramiento de nuestro nuevo obispo, Mons. Jesús E. Catalá. Nos congratulamos con toda nuestra Iglesia por esta noticia, y saludamos desde Venezuela, con respeto y afecto fraternal a quien viene a presidir y servir a nuestra diócesis en el nombre del Señor.
Pedimos a Papá-Dios le conceda numerosas bendiciones, para que pueda ser el “buen pastor” que nuestra Iglesia necesita, poniéndonos a su entera disposición para seguir colaborando en la extensión del Reino desde la misión ad-gentes, fomentando y profundizando el acuerdo de cooperación fraternal con la arquidiócesis de Ciudad Bolívar, tan necesitada de ayuda.
Deseamos que el nuevo prelado nos visite en cuanto le sea posible, y conozca esta porción bajo la co-responsabilidad de la diócesis de Málaga, así como a su linda y buena gente.
A nuestro administrador apostólico, D. Antonio Dorado, le agradecemos el apoyo, todo lo bueno que a favor de la Misión ha realizado durante su gobierno, y la amistad sincera brindada a cada uno de los misioneros. A él le deseamos muchas felicidades en su nueva etapa de vida.
También con tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de nuestro compañero y hermano de presbiterio: Rafa Carrión; aprovechamos la ocasión para expresar nuestras condolencias a la Iglesia de Málaga y a sus familiares, uniéndonos a su profundo dolor y sobre todo a la fe en la resurrección y en la vida eterna.
Aunque vivimos y ejercitamos nuestro ministerio lejos de nuestra tierra, de nuestra diócesis, de nuestras familias y amistades, no nos es ajena en absoluto cuanto en ella sucede: proyectos, sueños, problemática, gozos, esperanzas y dolores, y la vivimos como si fueran propias, pues aunque estemos centrados en la tarea misionera, nuestro sentido de pertenencia, hace que nuestros sentimientos estén “divididos” entre estos dos “amores”, que hace que, a veces se inflame de gozo y alegría, y otras que “sangre el corazón”
2. El sábado 25 de Octubre la Iglesia de Ciudad Bolívar, celebró el 50 aniversario de su elevación como Arquidiócesis-metropolitana. En un principio la diócesis de Ciudad Bolívar, abarcaba un inmenso territorio de la geografía venezolana, prácticamente todo el oriente de Venezuela, de la que surgieron posteriormente otras siete diócesis: Margarita (Isla); Cumaná, Carúpano (Estado Sucre); Barcelona, El Tigre (Estado Anzoátegui); Maturín (Estado Monagas), y Ciudad Guayana (Estado Bolívar). A pesar de todo, esta arquidiócesis sigue siendo muy grande en su extensión territorial, alrededor de 150.000 km.2 (20 veces más que la extensión de la diócesis de Málaga).
El acto principal de esta jornada fue la concelebración eucarística en la Catedral de Ciudad Bolívar, presidida por el obispo metropolitano, Mons. Medardo Luis Luzardo Romero, contando con la presencia de algunos obispos de otras diócesis y casi todos los sacerdotes de la arquidiócesis. Nosotros no pudimos asistir a esta concelebración, debido a las distancias de nuestras parroquias de la sede arzobispal (Santa Rosalía, a 300 km.; Caicara a 400km; Morichalito, a 600 km), ya que nos era imposible regresar el mismo día para atender la liturgia del fin de semana en nuestras comunidades, pero estuvo presente una delegación de nuestra Misión, que fueron en autobús, saliendo a las 3 de la mañana desde Caicara para poder llegar a tiempo.
Todo se llevó a cabo en un ambiente fervoroso, según nos cuentan, y de manera sencilla y austera, ya que la economía de la arquidiócesis pasa por grandes dificultades. Ese día las diferentes parroquias entregaron en la catedral, durante la ofrenda, un sobre con un donativo, producto de una colecta especial, para que el arzobispo lo empleara en las necesidades más urgentes de la arquidiócesis.
Después de la con-celebración eucarística hubo una comida compartida en el Seminario arquidiocesano “Jesús Buen Pastor”.
Los actos de este cincuentenario continúan con diversas actividades, entre las que destacan jornadas de formación para sacerdotes, religiosas y laicos, con temas históricos, misionales y eclesiales de estos 50 años, a llevarse a cabo durante este curso pastoral, que a principios del próximo año cobrará una relevancia especial al unirse este evento a la apertura arquidiocesana de la “Gran Misión” que tiene carácter nacional, fruto de las conclusiones de la Conferencia Latinoamericana de Aparecida.
3. Durante la segunda semana del mes de Septiembre y hasta la primera semana de Octubre, recibimos en la Misión, la visita del P. Juan Manuel Barreiro, quién llegó acompañado de cinco personas: Antonio e Inmaculada , un matrimonio, ambos catequistas en la parroquia de Los Boliches; del P. Alfonso Ruiz, sacerdote de la diócesis de Córdoba, quién anteriormente había misionado tanto en Colombia como en Venezuela, concretamente misionó en esta arquidiócesis de Ciudad Bolívar, realizando una excelente y fecunda labor en la zona minera de El Dorado, El Callao y atendiendo numerosas comunidades indígenas pemones de la zona del Cuyuní, antesala de la Gran Sabana, y sintiéndose siempre muy unido al grupo de padres malagueños. El P. Alfonso vino acompañado de su hermana Pepi y su sobrina María José.
Agradecemos sinceramente esta visita y lo mucho que a nivel pastoral, humano y material aportaron a favor de nuestras comunidades, y por todo el bien que han realizado en tan poquitos días.
Los que nos visitaban por primera vez, -entre los que se encontraba el ya mencionado, venerable y experto misionero P. Alfonso, con barba incluida-, quedaron impresionados por la ardua labor que se lleva a cabo en este territorio, extrañándose mucho de que no hubiera más sacerdotes de la diócesis dedicados a esta tarea. Ellos vieron muy de cerca la situación de algunas comunidades criollas e indígenas, y también fueron testigos de la situación de nuestros vehículos, pues durante su estadía, tuvimos que mandar a repararlos más de seis veces.
4. Desde el 6 al 10 de Octubre se llevó a cabo en la Casa de Espiritualidad Padre Pío, la tanda de ejercicios espirituales para el clero de Ciudad Bolívar, donde participamos los sacerdotes de la Misión. Los dirigió el P. Paolo Benelli, operario diocesano, formador en el Seminario de Caracas. Fueron días maravillosos, dedicados al silencio, la oración, y a la fecunda reflexión de nuestro ser presbiteral, se nos dio orientaciones y pistas muy valiosas de cara a la renovación bautismal y sacerdotal.
Las meditaciones y reflexiones versaron sobre: la pobreza, apóstol por vocación, caridad pastoral, celibato, conquistado por Cristo, Cristo el Señor, el presbítero servidor de la comunidad, Jesús fuente de nuestra alegría, Jesús libre y liberador, el presbítero signo de Cristo Pastor, vocación específica de los presbíteros.
El arzobispo también realizó con nosotros los ejercicios. Fueron días de hondura y profunda amistad que hizo crecer en todos los participantes la tan querida y deseada fraternidad.
5. Este mes de Octubre, mes de las misiones, tuvo un relieve especial en la comunidad de Guarataro, pues Manuel Elías, un indígena adulto, quién había sido capitán de la comunidad años pasados, solicitó el bautismo, después de pensarlo durante mucho tiempo y de prepararse con el P. Antonio y las Hermanas Lauritas. Algunos miembros de su familia son cristianos, de seguro que esto le ayudó a plantearse esta decisión, pero lo que influyó más según sus mismas palabras una vez bautizado, fue una experiencia de vida que ha tenido durante este último año, pues un virus le infectó la pierna y estuvo a punto de que se la amputaran, ya no caminaba, pero la ayuda proporcionada por las hermanas religiosas que con amor y pacientemente curaban varias veces al día, y las medicinas que el P. Antonio les llevó hizo posible el milagro de
su curación, y este gesto sanador le llevó a abrazar la fe.
6. Este mes se iniciaron los cursos de Cecal, en las áreas de albañilería, costura-lencería y computación. Hay inscritos un gran número de participantes. Las prácticas de albañilería se realiza en el centro pastoral de Rómulo Gallegos, donde los alumnos van a terminar de construir un aula para dar clases de catequesis y de formación para niños sin escuela, y una vez terminen y adquieran el buen manejo de este oficio, continuarán sus prácticas y trabajos en la segunda fase de la Escuela de Adultos, aunque ya la teoría la están recibiendo en las aulas ya construidas de esta sede. Las prácticas de Costura y Lencería se imparten provisionalmente en la Escuela Fe y Alegría de las Hnas. de la Consolación, anexa a la de Adultos; y las prácticas de computación se llevan a cabo en el centro Apep, otro centro taller de nuestra Misión, donde se educa para el trabajo a jóvenes liceístas, también anexo a la Escuela de Adultos, todas estas instituciones educativas de la Iglesia están ubicadas en los terrenos del barrio San Rafael, propiedad de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar.
Igualmente se iniciaron las clases del Programa “Atención a niños sin escolarizar” que lleva a cabo Pastoral Social desde hace más de siete años en dos barrios periféricos de Caicara. En Nueva Jerusalén ha aumentado un tanto por ciento la matrícula de alumnos y ya tenemos a más de 60, debido a la alta natalidad, a las nuevas invasiones de terrenos en la zona, donde familias hacen su casita “ranchito” de cartón, lata, madera”, y a la no existencia de nuevos centros educativos, sólo hay uno en esa zona superpoblada. En el barrio Rómulo Gallegos la matrícula ha bajado considerablemente, debido a la nueva escuela construida en la zona indígena de este sector, que acoge a 80 alumnos, los que el año pasado se educaban en nuestro centro, y también a las cuatro aulas que han construido en la Escuela pública de la barriada. A pesar de todo, todavía recibimos alrededor de 30 muchachos que no tienen aún acceso a la escuela, y así seguiremos recibiendo a muchachos, teniendo abierta las dependencias de este centro pastoral de Coromoto, mientras haya un niño en Caicara que se les niegue el derecho a la escuela. Nos alegramos mucho de que ya las autoridades educativas en esta zona estén tomando cartas en este asunto tan grave. Nuestras “escuelitas” seguirán siendo la conciencia viva de esta realidad, para que los que tienen el deber de solucionar estos casos se aboquen a ello; mientras tanto, mientras haya un niño sin escuela, seguiremos ejerciendo esta labor subsidiaria y recibiendo a todos los alumnos que padres y representantes lleven a nuestro programa.
7. El P. Juande sigue recuperándose de su operación y mejora considerablemente, ya ejerce con casi toda normalidad sus compromisos pastorales tanto en su extensa parroquia rural como en Caicara, donde ha retomado de nuevo los programas de radio. También está preparando la convivencia vocacional a llevarse a cabo el fin de semana correspondiente al quinto domingo del mes de noviembre, en la sede parroquial de Santa Rosalía, donde ha preparado la casa y el patio para tal fin. Ya hay un grupito de jóvenes varones de las tres zonas de la misión que acudirán a esta cita.
8. Regresó de sus vacaciones la Hna. Socorro, quien ejerce su misión en la Escuela Multiétnica “Carmen Salles” de Morichalito. Vino acompañada de una pareja de médicos: Juan y Bea, naturales de Cantabria y Burgos, respectivamente, quienes ejercen su trabajo en un hospital de Salamanca. Han realizado una experiencia de voluntariado de tres semanas, atendiendo sanitariamente a los indígenas de la zona de Morichalito, también acompañando al P. Manolo cuando visitaba alguna comunidad rural, y manteniendo contactos con gente diversa, especialmente con médicos venezolanos en el hospital de Bauxilúm y con médicos cubanos que ejercen su labor en Morichalito.
Pedimos a Papá-Dios le conceda numerosas bendiciones, para que pueda ser el “buen pastor” que nuestra Iglesia necesita, poniéndonos a su entera disposición para seguir colaborando en la extensión del Reino desde la misión ad-gentes, fomentando y profundizando el acuerdo de cooperación fraternal con la arquidiócesis de Ciudad Bolívar, tan necesitada de ayuda.
Deseamos que el nuevo prelado nos visite en cuanto le sea posible, y conozca esta porción bajo la co-responsabilidad de la diócesis de Málaga, así como a su linda y buena gente.
A nuestro administrador apostólico, D. Antonio Dorado, le agradecemos el apoyo, todo lo bueno que a favor de la Misión ha realizado durante su gobierno, y la amistad sincera brindada a cada uno de los misioneros. A él le deseamos muchas felicidades en su nueva etapa de vida.
También con tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de nuestro compañero y hermano de presbiterio: Rafa Carrión; aprovechamos la ocasión para expresar nuestras condolencias a la Iglesia de Málaga y a sus familiares, uniéndonos a su profundo dolor y sobre todo a la fe en la resurrección y en la vida eterna.
Aunque vivimos y ejercitamos nuestro ministerio lejos de nuestra tierra, de nuestra diócesis, de nuestras familias y amistades, no nos es ajena en absoluto cuanto en ella sucede: proyectos, sueños, problemática, gozos, esperanzas y dolores, y la vivimos como si fueran propias, pues aunque estemos centrados en la tarea misionera, nuestro sentido de pertenencia, hace que nuestros sentimientos estén “divididos” entre estos dos “amores”, que hace que, a veces se inflame de gozo y alegría, y otras que “sangre el corazón”
2. El sábado 25 de Octubre la Iglesia de Ciudad Bolívar, celebró el 50 aniversario de su elevación como Arquidiócesis-metropolitana. En un principio la diócesis de Ciudad Bolívar, abarcaba un inmenso territorio de la geografía venezolana, prácticamente todo el oriente de Venezuela, de la que surgieron posteriormente otras siete diócesis: Margarita (Isla); Cumaná, Carúpano (Estado Sucre); Barcelona, El Tigre (Estado Anzoátegui); Maturín (Estado Monagas), y Ciudad Guayana (Estado Bolívar). A pesar de todo, esta arquidiócesis sigue siendo muy grande en su extensión territorial, alrededor de 150.000 km.2 (20 veces más que la extensión de la diócesis de Málaga).
El acto principal de esta jornada fue la concelebración eucarística en la Catedral de Ciudad Bolívar, presidida por el obispo metropolitano, Mons. Medardo Luis Luzardo Romero, contando con la presencia de algunos obispos de otras diócesis y casi todos los sacerdotes de la arquidiócesis. Nosotros no pudimos asistir a esta concelebración, debido a las distancias de nuestras parroquias de la sede arzobispal (Santa Rosalía, a 300 km.; Caicara a 400km; Morichalito, a 600 km), ya que nos era imposible regresar el mismo día para atender la liturgia del fin de semana en nuestras comunidades, pero estuvo presente una delegación de nuestra Misión, que fueron en autobús, saliendo a las 3 de la mañana desde Caicara para poder llegar a tiempo.
Todo se llevó a cabo en un ambiente fervoroso, según nos cuentan, y de manera sencilla y austera, ya que la economía de la arquidiócesis pasa por grandes dificultades. Ese día las diferentes parroquias entregaron en la catedral, durante la ofrenda, un sobre con un donativo, producto de una colecta especial, para que el arzobispo lo empleara en las necesidades más urgentes de la arquidiócesis.
Después de la con-celebración eucarística hubo una comida compartida en el Seminario arquidiocesano “Jesús Buen Pastor”.
Los actos de este cincuentenario continúan con diversas actividades, entre las que destacan jornadas de formación para sacerdotes, religiosas y laicos, con temas históricos, misionales y eclesiales de estos 50 años, a llevarse a cabo durante este curso pastoral, que a principios del próximo año cobrará una relevancia especial al unirse este evento a la apertura arquidiocesana de la “Gran Misión” que tiene carácter nacional, fruto de las conclusiones de la Conferencia Latinoamericana de Aparecida.
3. Durante la segunda semana del mes de Septiembre y hasta la primera semana de Octubre, recibimos en la Misión, la visita del P. Juan Manuel Barreiro, quién llegó acompañado de cinco personas: Antonio e Inmaculada , un matrimonio, ambos catequistas en la parroquia de Los Boliches; del P. Alfonso Ruiz, sacerdote de la diócesis de Córdoba, quién anteriormente había misionado tanto en Colombia como en Venezuela, concretamente misionó en esta arquidiócesis de Ciudad Bolívar, realizando una excelente y fecunda labor en la zona minera de El Dorado, El Callao y atendiendo numerosas comunidades indígenas pemones de la zona del Cuyuní, antesala de la Gran Sabana, y sintiéndose siempre muy unido al grupo de padres malagueños. El P. Alfonso vino acompañado de su hermana Pepi y su sobrina María José.
Agradecemos sinceramente esta visita y lo mucho que a nivel pastoral, humano y material aportaron a favor de nuestras comunidades, y por todo el bien que han realizado en tan poquitos días.
Los que nos visitaban por primera vez, -entre los que se encontraba el ya mencionado, venerable y experto misionero P. Alfonso, con barba incluida-, quedaron impresionados por la ardua labor que se lleva a cabo en este territorio, extrañándose mucho de que no hubiera más sacerdotes de la diócesis dedicados a esta tarea. Ellos vieron muy de cerca la situación de algunas comunidades criollas e indígenas, y también fueron testigos de la situación de nuestros vehículos, pues durante su estadía, tuvimos que mandar a repararlos más de seis veces.
4. Desde el 6 al 10 de Octubre se llevó a cabo en la Casa de Espiritualidad Padre Pío, la tanda de ejercicios espirituales para el clero de Ciudad Bolívar, donde participamos los sacerdotes de la Misión. Los dirigió el P. Paolo Benelli, operario diocesano, formador en el Seminario de Caracas. Fueron días maravillosos, dedicados al silencio, la oración, y a la fecunda reflexión de nuestro ser presbiteral, se nos dio orientaciones y pistas muy valiosas de cara a la renovación bautismal y sacerdotal.
Las meditaciones y reflexiones versaron sobre: la pobreza, apóstol por vocación, caridad pastoral, celibato, conquistado por Cristo, Cristo el Señor, el presbítero servidor de la comunidad, Jesús fuente de nuestra alegría, Jesús libre y liberador, el presbítero signo de Cristo Pastor, vocación específica de los presbíteros.
El arzobispo también realizó con nosotros los ejercicios. Fueron días de hondura y profunda amistad que hizo crecer en todos los participantes la tan querida y deseada fraternidad.
5. Este mes de Octubre, mes de las misiones, tuvo un relieve especial en la comunidad de Guarataro, pues Manuel Elías, un indígena adulto, quién había sido capitán de la comunidad años pasados, solicitó el bautismo, después de pensarlo durante mucho tiempo y de prepararse con el P. Antonio y las Hermanas Lauritas. Algunos miembros de su familia son cristianos, de seguro que esto le ayudó a plantearse esta decisión, pero lo que influyó más según sus mismas palabras una vez bautizado, fue una experiencia de vida que ha tenido durante este último año, pues un virus le infectó la pierna y estuvo a punto de que se la amputaran, ya no caminaba, pero la ayuda proporcionada por las hermanas religiosas que con amor y pacientemente curaban varias veces al día, y las medicinas que el P. Antonio les llevó hizo posible el milagro de
su curación, y este gesto sanador le llevó a abrazar la fe.
6. Este mes se iniciaron los cursos de Cecal, en las áreas de albañilería, costura-lencería y computación. Hay inscritos un gran número de participantes. Las prácticas de albañilería se realiza en el centro pastoral de Rómulo Gallegos, donde los alumnos van a terminar de construir un aula para dar clases de catequesis y de formación para niños sin escuela, y una vez terminen y adquieran el buen manejo de este oficio, continuarán sus prácticas y trabajos en la segunda fase de la Escuela de Adultos, aunque ya la teoría la están recibiendo en las aulas ya construidas de esta sede. Las prácticas de Costura y Lencería se imparten provisionalmente en la Escuela Fe y Alegría de las Hnas. de la Consolación, anexa a la de Adultos; y las prácticas de computación se llevan a cabo en el centro Apep, otro centro taller de nuestra Misión, donde se educa para el trabajo a jóvenes liceístas, también anexo a la Escuela de Adultos, todas estas instituciones educativas de la Iglesia están ubicadas en los terrenos del barrio San Rafael, propiedad de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar.
Igualmente se iniciaron las clases del Programa “Atención a niños sin escolarizar” que lleva a cabo Pastoral Social desde hace más de siete años en dos barrios periféricos de Caicara. En Nueva Jerusalén ha aumentado un tanto por ciento la matrícula de alumnos y ya tenemos a más de 60, debido a la alta natalidad, a las nuevas invasiones de terrenos en la zona, donde familias hacen su casita “ranchito” de cartón, lata, madera”, y a la no existencia de nuevos centros educativos, sólo hay uno en esa zona superpoblada. En el barrio Rómulo Gallegos la matrícula ha bajado considerablemente, debido a la nueva escuela construida en la zona indígena de este sector, que acoge a 80 alumnos, los que el año pasado se educaban en nuestro centro, y también a las cuatro aulas que han construido en la Escuela pública de la barriada. A pesar de todo, todavía recibimos alrededor de 30 muchachos que no tienen aún acceso a la escuela, y así seguiremos recibiendo a muchachos, teniendo abierta las dependencias de este centro pastoral de Coromoto, mientras haya un niño en Caicara que se les niegue el derecho a la escuela. Nos alegramos mucho de que ya las autoridades educativas en esta zona estén tomando cartas en este asunto tan grave. Nuestras “escuelitas” seguirán siendo la conciencia viva de esta realidad, para que los que tienen el deber de solucionar estos casos se aboquen a ello; mientras tanto, mientras haya un niño sin escuela, seguiremos ejerciendo esta labor subsidiaria y recibiendo a todos los alumnos que padres y representantes lleven a nuestro programa.
7. El P. Juande sigue recuperándose de su operación y mejora considerablemente, ya ejerce con casi toda normalidad sus compromisos pastorales tanto en su extensa parroquia rural como en Caicara, donde ha retomado de nuevo los programas de radio. También está preparando la convivencia vocacional a llevarse a cabo el fin de semana correspondiente al quinto domingo del mes de noviembre, en la sede parroquial de Santa Rosalía, donde ha preparado la casa y el patio para tal fin. Ya hay un grupito de jóvenes varones de las tres zonas de la misión que acudirán a esta cita.
8. Regresó de sus vacaciones la Hna. Socorro, quien ejerce su misión en la Escuela Multiétnica “Carmen Salles” de Morichalito. Vino acompañada de una pareja de médicos: Juan y Bea, naturales de Cantabria y Burgos, respectivamente, quienes ejercen su trabajo en un hospital de Salamanca. Han realizado una experiencia de voluntariado de tres semanas, atendiendo sanitariamente a los indígenas de la zona de Morichalito, también acompañando al P. Manolo cuando visitaba alguna comunidad rural, y manteniendo contactos con gente diversa, especialmente con médicos venezolanos en el hospital de Bauxilúm y con médicos cubanos que ejercen su labor en Morichalito.
1 comentario:
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