03 octubre 2006

Problemas en las minas.


Comisión de Justicia y Paz de Pastoral Social
Conferencia Episcopal de Venezuela

"Todo ser humano tiene derecho a la existencia, a la integridad física a los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digna"(Pacem in Terris 11)
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana ha observado con seria preocupación los hechos que han ocurrido en La Paragua, Municipio Sucre del Estado Bolívar en donde perdieron la vida varias personas que ejercían el oficio de mineros.
Como creyentes y seguidores del Dios de la Vida, sentimos el dolor de cada una de las familias de las víctimas, y las acompañamos con esperanza cristiana. Nuestra apuesta es que en este momento la vida vuelva a triunfar sobre la muerte. Así mismo debemos tener presente que La Iglesia que peregrina en la tierra hacia la casa del Padre, no puede dejar de anunciar la verdad y la justicia, y denunciar todo lo que se oponga a ellas, por tanto:
1. Condenamos absolutamente los asesinatos ocurrido en el sector La Paragua, específicamente en la mina El Papelón de Turumbán. A la vez, pedimos a los organismos competentes que con absoluta independencia y sin politizar los hechos, se llegue a la verdad y sean sancionados con la debida pena los responsables directos e indirectos de tan lamentables asesinatos.
2. Recordamos al Estado venezolano que de acuerdo a los compromisos derivados del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Estado está en la obligación de respetar de manera efectiva y tangible todos los derechos humanos de sus habitantes, y a actuar apegado a los estándares de protección de los derechos humanos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Muy especialmente pedimos que todas las investigaciones que se realicen cumplan con un escrupuloso seguimiento del debido proceso, obligación internacional de carácter ineludible para la República.
3. Por último rogamos a todos los creyentes a orar por el eterno descanso de nuestros hermanos y pedimos la intersección de María de Coromoto para que nos anime a trabajar por los derechos fundamentales de la persona humana.
Mons. Roberto Lückert León
Arzobispo de Coro
Presidente de Justicia y Paz

Mons. José Luis Azuaje Ayala
Obispo del Vigía
Presidente de Pastoral Social Caritas

P. D:
Este comunicado de la Conferencia Episcopal de Venezuela, responde a los sucesos ocurridos el fin de semana pasado en el Estado Bolívar, dentro de la jurisdicción eclesiástica de nuestra arquidiócesis de Ciudad Bolívar, en las poblaciones de La Paragua ( población atendida durante muchos años por el P. Salvador Gámez de la diócesis de Málaga, y donde hace varios años misionaron laicos malagueños del mov. Mac; actualmente está atendida por el P. Hermes Bastidas, sacerdote fruto de nuestra misión), y en el Alto Caura, perteneciente a la parroquia de Maripa (Mun. Sucre), en los límites con nuestro municipio, justamente donde comienza nuestra misión ( Esta parroquia ha sido atendida durante unos 10 años por el sacerdote malagueño Jose Antonio Morales, actualmente capellán del Cementerio de Málaga; en el Alto Caura han misionado durante 6 años tres laicos malagueños del Mov. Mac. Actualmente y desde hace más de 30 años, misiona en esta zona el P. René Bros, sacerdote francés, Hermanito del Evangelio).
Lo que ha ocurrido es que ha habido una masacre, por parte de efectivos del Ejercito Venezolano, donde han asesinado a diez personas, ocho mineros y dos indígenas, con la finalidad de perseguir la minería ilegal; todavía hay gente desaparecida, y se calcula que un centenar han huido por la selva despavoridos ante la arremetida de las Fuerzas Armadas..
En estos dos pueblos ha habido manifestaciones, desórdenes, quemas de vehículos, de casas de funcionarios públicos, etc. Y la carretera de Caicara-Cdad. Bolívar ha estado cortada durante tres días.
La situación ya está más calmada. Las autoridades han manifestado que estos crímenes no quedarán impunes. ( Hay testigos que milagrosamente han salvado la vida y han contado todo, las evidencias están muy claras)

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